Chivas está en la Liguilla

Cuatro arponazos al Tiburón ratifican que las Chivas vienen por todo en esta Liguilla; hoy se define su próximo rival

GUADALAJARA.- La primera parte de la promesa está cumplida. Después de derrotar al Veracruz en el partido de ida, los jugadores del Guadalajara aseguraron que no tendrían la más mínima consideración con los Tiburones Rojos en la vuelta y que nadie los detendría en la Liguilla.

Anoche, demostraron que sus advertencias van en serio al ganar con un contundente 4-0 (6-1 global).

Y las mejores imágenes para sustentarlo las regaló Oswaldo Sánchez.

Es cierto, Alberto Medina y Adolfo Bautista volvieron a brillar en el ataque rojiblanco, pero dos atajadas del capitán chiva impidieron que los jarochos se llevaran algo, aunque sea el gol de la honra, del estadio Jalisco.

El electrónico del inmueble tapatío ya marcaba un 3-0, el 5-1 global era inobjetable en favor del Rebaño Sagrado; sin embargo, Oswaldo deseaba que la noche fuera perfecta, sin algún error.
Es por eso que le llamó la atención a sus defensas tras detener los remates de Héctor Mancilla y Tressor Moreno.

Luego de ser ampliamente dominados durante toda la serie, los jarochos deseaban dar una muestra de orgullo deportivo, de pundonor, pero ni siquiera eso les fue permitido.

Los pupilos de José Manuel de la Torre anhelan romper el ayuno de nueve años y medio sin títulos de liga y ayer demostraron que no parpadearán un sólo instante.

Sí, el Veracruz no resultó el rival que se esperaba. Cruz Azul o Pumas serán un escollo considerablemente mayor, pero las Chivas no le tuvieron piedad, ni siquiera en el minuto final, ése en el que Sergio Santana marcó la última anotación.

Pedro Monzón diseñó un partido en el que la prioridad era contener al Guadalajara y, con base en tener la pelota, intentar empatar el marcador global lo antes posible.

Pero el Venado le azotó su estrategia en la cara cuando aún no se cumplía el primer cuarto de hora.

Más allá de dominarlo gracias a su velocidad por las bandas y fuerza en la zona de recuperación, las Chivas eliminaron al Veracruz por varios chispazos de talento de sus atacantes.
Como el de Medina al 12´.

Mientras los zagueros de los Tiburones Rojos se preocupaban por marcar a Ramón Morales y Omar Bravo, el ´10´ rojiblanco se aprovechó de la novatez de Fabián Villaseñor para tomarlo adelantado y marcar el primer gol de la velada.

Eso explica la decepción que Monzón reflejó en su rostro mientras los poco más de 30 mil espectadores que acudieron al Jalisco estallaban de júbilo.

El estratega sudamericano sabía que su último aliento se había ido. La eliminatoria acababa de ser sentenciada... Y de forma magistral.

Las Chivas compartían la perspectiva de Monzón. Por eso fueron un poco cautelosas, tímidas... Hasta que el Bofo (41´) decidió ampliar la ventaja.

Y es que fue así de sencillo. El marcador se incrementó cada que el Rebaño Sagrado quiso hacerlo, cada que alguno de sus integrantes deseó imprimirle vértigo al partido.

Pero las Chivas no sólo demostraron futbol, también serenidad.

Nunca se envolvieron de más en la fiesta que atrapó al Jalisco, la cual tuvo su clímax tras el autogol de Lucas Ayala (60´).

La primera prueba ha sido sorteada y, aunque la segunda tiene un enorme grado de dificultad, el Guadalajara demostró que va en serio en esta Liguilla y que la promesa puede cumplirse.

Carlos Godínez El Universal Domingo 19 de noviembre de 2006